Un centro educativo que es ejemplo de cómo se protege el patrimonio
Fue el jueves, 16 de noviembre, cuando se celebró el Día Mundial del Patrimonio Etnográfico y, uno de los centros educativos que más destaca, porque llevan muchos años trabajando en la protección del patrimonio material e inmaterial de su entorno, es el CEIP Plurilingüe de Campanario (Baroña-Porto do Son. A Coruña)
El proyecto que realizan este curso está centrado fundamentalmente en la sensibilización, concienciación, preservación, cuidado, estudio y difusión de nuestro patrimonio etnográfico y natural y, por supuesto, de la flora y fauna de su entorno, que es el tema central de la presente edición de Voz Natura.
Y en el CEIP de Campanario está la infatigable María del Carmen Lago, quien ratifica lo que todo el mundo sabe en esa comarca: «Este es un centro muy involucrado en los programas de educación ambiental, y año tras año, nos gusta contribuir a la preservación, cuidado y difusión de nuestros espacios patrimoniales y naturales, tanto materiales como inmateriales». Cuando se le pregunta cuáles son, añade: «Petroglifos, castros, molinos, fuentes, lavaderos... y también la toponimia y las tradiciones y costumbres del lugar».
Buscan siempre una relación más directa entre los alumnos y la naturaleza «con su cuidado y aprovechamiento —explica María del Carmen Lago—, con su limpieza y conservación, y, por supuesto, siempre valorando las tradiciones culturales y económicas de esta parroquia».
De manera que, un curso más, continúan llevando a cabo múltiples actividades en el castro de Baroña como limpiezas y repoblaciones. También investigan y colaboran con la comunidad y asociaciones culturales de la zona.
Ya han realizado varias rutas y visitas a la playa y la profesora da un dato optimista y pesimista al mismo tiempo: la playa, en la que ya han estado hace poco, se encontraba aceptablemente limpia; el camino de descenso hasta ella, justamente lo contrario. No se desanima: «Hay que seguir concienciando».
En el CEIP no paran, y estos días están preparando una intervención en el lugar conocido como A Estacada, en Porto do Son. En concreto, «una instalación artística para sensibilizar e invitar a la reflexión en este 25N». Y así, zapatos morados «representan a todas las mujeres víctimas de la violencia machista», en palabras de la profesora. Se trata, en resumen y también según ella, de «unir fuerzas para un mundo libre de violencia».